Hipótesis central

Si lo político es visto como la dimensión ontológica o trans-histórica de la vida social que se funda en la idea de la libertad humana como posibilidad de construcciones colectivas, cuyo principio se actualiza y concreta en las instancias de mediación práctico-inertes que conectan a los individuos con sus entidades colectivas y con la historia, entonces, la dimensión de lo vivido es la verdadera sustancia de lo político en tanto identidad global de la comunidad que debe darse una entidad “política” que no ha recibido por naturaleza y en la que los individuos singulares que lo componen son también partícipes de su destino.

Por ello, el fundamento de la posibilidad abierta para fundar o re-fundar otras forma de concretar la vida colectiva implica la crítica de lo fáctico o de lo «dado», por ejemplo, del ámbito de “la política” como algo instituido.
Sobre el sentido de esta crítica en tanto manifestación concreta de lo político, nos interesa abonar en una discusión y una investigación colectiva sobre otras formas, actuales y potenciales, que lo político puede tomar en una modernidad no totalizada por su forma o figura capitalista.