Metodología de la Investigación

Este proyecto parte de la propuesta de Bolívar Echeverría para pensar la política como una forma particular de la vida moderna en la que se encripta la capacidad de lo político de toda existencia humana. La diferencia entre política y lo político que hace Echeverría es otra
forma de entender lo que filósofos como Alain Badiou o Jaques Ranciere, al separar la forma institucional de la política y la forma social, para el primero lo político (en el sentido weberiano) es una ficción de la política, su re-presentación y su vaciamiento; para el segundo, lo político es la relación de ejercicio del desacuerdo, de la parte sin parte (del demos en el sentido ático clásico). Si bien ambas propuestas, hoy canónicas para el estudio de la filosofía política, presentan una crítica a la forma moderna de pensar y practicar la dimensión política de la existencia social, siguen reducidas a un campo aislado, más formal que real. En cambio, la propuesta de Echeverría permite entender a lo político como una realización material, no sólo como un proyecto simbólico-discursivo que fundamenta prácticas; y por supuesto, no solo como la real politik de nuestros días; en su propuesta lo político no puede ser estudiado al margen de las condiciones materiales que le dan posibilidad y a las que intenta modificar. Por eso es fundamental entender, a partir de Echeverría, la politicidad de la vida social como biplanar, a la vez semántica y a la vez material, planos interdeterminados. .
Siguiendo esta mirador teórico, el proyecto atenderá a los dos niveles de lo político (el semántico y el material), manteniendo la tensión entre los procesos de significación y las realizaciones materiales. Para ello se estudiaran formas concreta de ejercicio de lo político, en las que se configure un orden material no-capitalista. Este recorrido presupone una doble genealogía: 1) la encaminada a recuperar de las experiencias pretéritas formas de socialidad política alternativa; 2) la que pretende reconocer las formas actuales de lo político en el marco de la construcción de lo común, y de lo común “por venir”.

Por ello, el acercamiento a lo político no será descriptivo, ni taxonómico, sino que se centrará en las prácticas, significativas y materiales. Entender la configuración de lo político no se puede hacer al margen del reconocimiento de la centralidad del valor de uso y del mundo concreto de la materialidad social. Esto presupone recuperar la atención sobre el primado del valor de uso y sobre el uso concreto de los objetos de/en una forma comunitaria.
El estudio de lo político presupone una aproximación a una realidad dinámica, problemática
y contradictoria. Si algo caracteriza a lo político es su situación de contradicción. Para poder entender esta situación, no sólo como un momento de indecisión, sino como una operación
de elecciones prácticas y de configuración civilizatoria, se seguirá la propuesta de Walter Benjamín para pensar el barroco alemán. Para este filósofo, la aproximación al estudio de la soberanía barroca es a través del principio alegórico, que mira los detalles inconexos para construir constelaciones de significación y de actividad. Antes que describir una situación, se interesa por reconocer en los detalles, en los pliegues, las formas profundas de la socialidad. De la misma manera estudiaremos lo político, a través del montaje de prácticas y semánticas aparentemente inconexas, pero en las que se expresa con radicalidad la dimensión política de la producción de lo común y de la apuesta por la vida.
Retos epistemológicos:
Un primer reto es encontrar los diálogos explícitos e implícitos en la construcción de un pensamiento que actualice la criticidad necesaria para enfrentar la crisis del tiempo presente. No sólo la tradición crítica marxista (Korsh, Luckács, Lefebvre, la escuela de Fráncfort, entre otros), sino la filosofía fenomenológica (Husserl, Heidegger), la hermenéutica fenomenológica (Blumenberg) la antropología (Levi Strauss, Malinowski, Godelier, Mauss, Bataille), tienden puentes con las filosofías y los saberes que desde el mundo indoamericano hoy cobran fuerza. Esto, junto con la teorización del significado profundo de las formas de articulación de los recientes movimientos locales que ya forman parte, dialógica, de un contexto de comunidades translocales. Se trata de construer y desarrollar diálogos comparativos con propuestas que
hoy en día ayudan a entender la crisis civilizatoria, no sólo las de tradición marxista, sino todas aquellas que convoquen a una reflexión crítica sobre la situación de catástrofe que vivimos.

El segundo reto es el de continuar en la construcción de redes académicas locales e internacionales, con el objetivo de generar en el proyecto una red de constelaciones que nos permita re-definir desde otra perspectiva lo global en términos de pensamiento crítico. El actual proyecto se encuentra en diálogo ya con el proyecto “Enacting a Translocal Commons”, donde fuimos invitados por la Dra. Susan Buck-Morss tras su participación en nuestro proyecto y organizado por el Committee on Globalization and Social Change de City University of New York, Graduate Center, donde se ubica también David Harvey. Nuestro proyecto sera un nodo que generará vinculaciones con pensadores y pensadoras del sur, como Silvia Rivera Cusicanqui y Luis Tapia, así como con la reconocida antropóloga feminista Rita Segato.
Un tercer reto, y el más importante del proyecto, es el de construir diálogos teóricos con las discursividades críticas de las prácticas y culturas locales que producen formas alternativas
de vida; formas críticas no académicas. En este sentido la traducción como operación política es fundamental, la construcción de un fuerte dispositivo de escucha (en el sentido de Carlos Lenkersdorf) que haga del ámbito académico algo más que su mismidad. Este reto epistémico intenta superar el ventriloquismo académico o la idealización de los discursos comunitarios, para encontrar palabras en común.